¿Has sufrido alguna vez ansiedad? ¿Te preocupas mucho sobre las cosas cotidianas? Las preocupaciones y la incapacidad para relajarse están relacionadas con la ansiedad. Este es uno de los trastornos más comunes en las consultas de psicología y medicina. Se pueden tener dolencias estomacales, dolores de cabeza, sensación de ahogo, taquicardias… de ahí las visitas al médico y es que es un trastorno algo complejo porque además de las preocupaciones (síntoma cognitivo) contamos también con estos síntomas físicos. Gran parte de la población tiene o ha tenido estos síntomas alguna vez y no sabían de qué se trataba, tener información clara sobre los trastornos y recibir psicoeducación ayudan bastante a disminuir y/o a eliminar cualquier síntoma y nos da más autoconfianza además de más opciones de tratamiento. Vamos a ver entonces qué es la ansiedad y qué podemos hacer.

Como todas las emociones, la ansiedad es un buen salvador para muchas de nuestras ocasiones, su tarea es movilizarnos y ponernos a salvo cuando estamos ante un peligro. Es normal preocuparse por las cosas de la vida como el trabajo, la familia, la salud, etc. Pero hay muchas personas que no saben como dejar de preocuparse, de cortar estos pensamientos y ocuparse de los problemas, solucionarlos y ponerse manos a la obra. Cuando la intensidad, duración y las situaciones amenazantes están a todas horas y por todas partes y cuando las preocupaciones van tan aceleradas en nuestra cabeza que no las podemos controlar estaremos hablando de ansiedad patológica.

En la ansiedad patológica la mayoría de las situaciones las interpretamos como peligrosas y es que siempre está en juego esos pensamientos, interpretaciones y en este caso también las preocupaciones. Las preocupaciones son las causantes de esa ansiedad, el estar todo el día dándole vueltas a cualquier cosa, hacemos que nuestro cerebro interprete esas situaciones como peligrosas por lo tanto activa nuestro sistema nervioso y fisiológico para ponernos a salvo y adaptarnos a la situación. Estos síntomas físicos de la ansiedad son palpitaciones, opresión en el pecho, dificultad para respirar o la respiración agitada, dolor de cabeza, pérdida o aumento del apetito, problemas para conciliar el sueño, temblores, sequedad de boca, palidez facial, tensión muscular, cursos de diarrea y estreñimiento.

Entonces, se trata de OCUPARASE y no de PRE-OCUPARASE. En el tratamiento médico contamos con gran variedad de fármacos para aliviar estos síntomas físicos pero qué pasa cuando estamos de nuevo ante una situación desconocida y nuestros pensamientos siguen tomando el camino de la preocupación. La mejor forma de vencer la ansiedad no es desactivando este mecanismo tan valioso, sino aprender a interpretar las situaciones de una forma menos dañina. Ocúpate de los pensamientos negativos, no te preocupes más por ellos:

  • Prepárate y proponte posibles soluciones a los problemas.
  • Piensa de una manera más racional y objetiva.
  • Desactiva la parte física mediante la relajación.
  • Refuérzate cuando finalice dicha situación.

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