30marzo, 2016

SIN VALENTÍN- El desamor.

Por |30 marzo, 2016|Inteligencia emocional, Sexualidad|Sin comentarios

corazón

Imagen de Facundo Mascaraque y Manolo Marín.

Hace poco más de un mes hablábamos de los procesos químicos, psicológicos y sociales que se producían en nuestro cuerpo cuando nos enamoramos. Pues bien, ahora le damos la vuelta a la tortilla, y nos centramos en todo lo contrario en el desamor. Ambos procesos los conocemos pero se nos escapan algunos detalles que vendrían bien para aprender a controlar ciertas emociones.

El desamor, la ruptura de pareja, el duelo por fallecimiento son etapas muy difíciles conllevan muchísimas emociones y sobre todo emociones “negativas” (se pone entre comillas porque no existen emociones negativas o positivas, todas las emociones nos sirven para algo pero unas nos gustan más que otras por hacernos sentir mejor) y difíciles de controlar. Da igual la edad en la que suceda, normalmente es un proceso complicado, que causa malestar físico y psicológico llegando a provocar trastornos depresivos o incluso ideas suicidas.

Vamos a entender el desamor como la ruptura de pareja, ya sea de manera unilateral o bilateral. Cuando la decisión de poner fin a la relación es por ambas partes, bilateral, se producen cambios emocionales  y físicos en ambas partes, aunque pueden ser más variables. Y, por otro lado, la ruptura de pareja unilateral es cuando la decisión de separación la ha tomado un miembro de la pareja, lo que conlleva sentimientos de culpa en la persona que desea la desvinculación y sentimientos de abandono en el que no ha tomado la decisión, además se puede observar en algunas ocasiones sensación de fracaso en ambas partes. Socialmente la persona que vive el abandono, la persona pasiva, tiene más apoyo social, mientras que el miembro activo de la pareja se siente juzgado y criticado por su entorno.

A nivel psicológico y social, en nuestra cultura tenemos la creencia de que es fundamental tener pareja y mantenerla, y si no es así lo interpretamos tanto desde dentro como desde fuera de la pareja, como si fuera un fracaso social y personal. Entendemos la ruptura de pareja como el fallecimiento de la misma, por eso los procesos psicológicos para afrontar el duelo por ruptura son los mismos que se activan para afrontar un duelo por fallecimiento. Ambos procesos de desamor necesita unas fases de aceptación, en la que la primera es entender el proceso como algo que depende de nosotros y que podemos soportar, para así aprender y seguir creciendo como personas individualmente.

A nivel biológico se producen muchas alteraciones en nuestro cuerpo. Al igual que hablábamos de que el amor, la fase de enamoramiento provocaba cambios en nuestro sistema nervioso parecidos a los efectos de la droga, en esta fase de desamor se generan sustancias químicas en nuestro cerebro y sistema nervioso que producen un efecto y emociones completamente contrarias. Se generan hormonas como la corticotropina, que es la molécula del miedo, y también se produce la hormona ACTH que hace que se libere cortisol, que es la hormona relacionada con el estrés. Por eso el proceso de duelo amoroso se vive en un estado de miedo y estrés. Nos sentimos más débiles ante la separación.

 

Por ello, todas las personas en fase de duelo tienen los mismos sentimientos de tristeza, miedo y ansiedad, ya que las partes del cerebro que se activan son las mismas, aunque la forma de afrontarlo e interpretarlo es lo que tú puedes hacer que sea diferente.

 

11febrero, 2016

CUANDO EL AMOR LLAMA A LA PUERTA. ¿Qué ocurre?

Por |11 febrero, 2016|Autoestima, Inteligencia emocional, Sexualidad|Sin comentarios

amor cerebral

El día de San Valentín todos hablamos sobre él, el amor, pero ¿Qué es el amor? Placer, deseo, locura, belleza, cuerpo, alma, sexo, descarga orgásmica, felicidad, seducción, pasión…

Pues el amor es la emoción más compleja e irracional que existe, donde se unen biología, psicología, educación, sociedad y revolucionan todo un cuerpo y un cerebro en el que se alteran hormonas que nos hacen verlo todo de otra manera. Para entenderlo mejor vamos a analizar el amor desde un punto de vista biológico y psicológico.

Lo que sentimos cuando estamos enamorados es muy parecido a lo que se siente bajo los efectos de una droga, al menos biológicamente hablando, nos desborda de energía y hace que todo fluya con más libertad. Se sufre tal desequilibrio hormonal que el organismo comienza a producir las sustancias químicas que necesita en grandes cantidades: catecolaminas, dopamina, oxitocina (euforizantes), serotonina (inhibidores) etc.  estos son pequeños elixires capaces de crearnos todas estas sensaciones de pasión, atracción, etc. al mismo tiempo. Se activan hasta 12 áreas de tu cerebro.  Pero, ¿qué ocurre cuando ya no tenemos cerca ese estímulo, esa persona que nos acelera todo los ritmos corporales? Todo esto desaparece, produciéndose un estado de carencia, depresión, y tiene las mismas características del “mono” o síndrome de abstinencia. Para superar este estado la persona tiene deseos constantes de buscar a la persona amada o algo que le relacione con ella.

¿Qué os parece? Es raro pensar que todo lo que sentimos cuando estamos enamorad@s es por unas pequeñas sustancias químicas de nuestro cuerpo ¿verdad?

media-naranja-o-manzanaAdemás en la parte psicológica suceden otros muchos cambios tanto a la hora de racionalizar las situaciones a las que nos enfrentamos, como a la de comportarnos. Desde nuestra infancia nos enseñan a creer en los cuentos de hadas, en la persona perfecta y en las medias naranjas. Y lo que yo siempre digo, no somos medas naranjas sino naranjas enteras que ruedan alrededor del mundo.

Cuando nos enamoramos somos los seres más locos de la Tierra porque no racionalizamos nada, idealizamos a la persona amada (sin ver sus defectos), somos fetichistas (obsesión por las fotos, regalos, objetos relacionados con el estímulo deseado), deseo de fusión e intimidad, pérdida de la propia identidad, estados alternativos de euforia-depresión, dependencia… Esto es todo lo bueno y lo malo del amor, pero ¿qué pasa cuando todas estas sensaciones se pasan?

Según varios estudios, este sentimiento de amor dura hasta 2 años y medio, y ¿qué ocurre cuando nos abandona? Hablaremos cuando se pase San Valentín, para no estropear este día con desamores, que al fin y al cabo demostrar nuestro amor, cariño y afecto por otras personas, animales o cosas es siempre beneficioso para nuestra salud física y psicológica!

¡VIVA EL AMOR!

 

17noviembre, 2015

CON EL AMOR NO BASTA

Por |17 noviembre, 2015|Inteligencia emocional, Sexualidad, Terapia cognitivo-conductual|Sin comentarios

ELAMORNOBASTA

 

“Los cuentos de hadas son bien ciertos, pero no porque nos digan que los dragones existen sino porque nos dicen que podemos vencerlos.”

Gilberth Keith Chesterton.

 

 

 

 

Cuántas veces habremos soñado con ser príncipes o princesas donde el amor es para toda la vida. O cuántas veces hemos escuchado eso de “hasta que la muerte os separe” o “tienes que aguantar aunque haya cosas que no te gusten, que los jóvenes de hoy en día no aguantáis nada y por eso hay tantos divorcios” de la gente mayor.

La sociedad, por suerte, va evolucionando, el contexto sociocultural donde crecemos es diferente entre generaciones, y en el ámbito familiar y en el de pareja se han vivido muchos cambios en las últimas décadas. Decimos por suerte, porque aunque en todo cambio hay inconvenientes, pienso que en este tema hay muchas más ventajas.

Antes a las parejas solo le bastaba con el amor o con formar una familia, pero actualmente esos cuentos de hadas sabemos que no existen y que el amor para toda la vida es complicado de mantener, porque no solo depende de ti, sino de otros muchos factores que influyen en la relación. ¿Quién me dice que podría aguantar algo de esto como lo hacían antes (sobretodo las mujeres)? Infidelidades, mala calidad de las relaciones sexuales, problema para concebir hijos (situación de mucha ansiedad y estrés), problemas en la convivencia, violencia de pareja o conyugal o simplemente porque se ha acabado el amor. Y no digo que por alguno de estos problemas haya que recurrir a la separación, sino que estas ventajas actuales también nos facilitan pedir ayuda a familiares, vecinos, profesionales, etc. cosa que antes los asuntos de pareja eran solo de pareja. Todas estas creencias siguen cambiando, consiguiendo mejorar la calidad de vida tanto personal como la de pareja.

Por todo esto la evolución de la sociedad y las políticas han ayudado a que la mujer concretamente  tenga más libertad y las personas en general. Facilitan la vida a las personas y su felicidad. Y no tenemos que aguantar, ni hombres ni mujeres, ningún tipo de violencia (en el sentido más amplio de la palabra) “hasta que la muerte nos separe” y es que CON EL AMOR NO BASTA…

Con este artículo quiero abrir los ojos a mujeres, hombres, niñas, niños, adolescentes y personas mayores, algunas de estas personas con más riesgos de sufrir malos tratos, otras con menos y otras porque lo están sufriendo, y que se sepa que no tenemos porqué aguantar violencia, insultos, humillaciones, control, anulaciones, desprecios, etc. solo porque lo haga alguien que “nos debe de querer” y como “tanto nos quiere” y nosotros a esa persona, le tenemos que aguantar sea lo que sea que haga. Vamos a valorarnos, a ver qué es lo que queremos de una pareja, y si no nos gusta lo que tenemos, dejar el miedo a un lado y a ser capaces de salir de ese «infierno».

Bien es cierto ese título de nuestro artículo (también libro del Dr. Aaron Beck sobre terapia de pareja) que aunque haya amor, se termina consumiendo, y queda ese amor compañero que para que se mantenga hay que restaurarlo continuamente, trabajarlo y sobre todo respetarlo, porque cuando no hay respeto… no hay amor.